
El poder de la seducción
Seguro que un montón de veces o al menos alguna en nuestra vida, hemos tenido de la sensación de estar “vendiéndonos” mal, ya sea a nosotros mismos o nuestro propio producto o servicio, en el que teníamos puestas grandes expectativas e ilusiones. ¿Estamos siendo poco seductores? ¿estamos enfocando mal aquello que queremos vender? Vamos a irnos por unos minutos a los años 60, en estos años nacieron los “potitos” o “tarritos” de frutas para bebés. El consumidor final es el bebé y los compradores los progenitores. Nosotros, que vamos a imaginar que somos los emprendedores e ideólogos de este producto, creemos firmemente que el verdadero beneficio está en el ahorro de tiempo que va a suponer para la mamá y